Monday, December 15, 2008

Artesanías con raices III...


Tela y bordado primaveral...

Artesanías con raices II...


Un poquito más en cuero...

Friday, December 12, 2008

Artesanías con raices...


Pasen y vean, vean y pasen... algunas fotitos de la producción artesanal con dejos de carmín...

Saturday, December 6, 2008

Nadies amados III

Me atrevo a manifestar, en esta cálida noche, que todavía los seres "humanos" no aprendimos a humanizar los sentimientos. Si amamos con pasión, debemos reprimirla para que el otro no lo crea una debilidad neurótica: "los amantes deben serlo en la cama". "Cualquier expresión de aquello en la esfera pública será considerada una violación a la libertad del amado". "Tengo derecho a elegir cuando quiero verte, es mi derecho a ser libre de vos"
¿Y el amador? ¡Represión! ¡Sometimiento! ¡Desilusión!
En mi corta vida, cronológica hablando, he llegado a la conclusión que amar a otro de mi especie es un juego en el que los roles son desiguales: el amado y el amador, el dominador y el dominado. El primero ejerce la hegemonía del amor en todas sus expresiones. El segundo, obedece. El primero decide cómo, dónde, cuándo. El segundo, obedece. El primero se ofende ante la minúscula expresión del amador, y éste se arrepiente con dolor.
Todos hemos estado en uno o en otro rol, jugando a cazar y a ser cazado. Es la triste historia de la humanidad. Pero eso no significa la verdad, ni justifica el error.
Nunca es tarde para revelarse ante el ejercicio del sometimiento. Nunca es tarde para luchar por la igualdad y en contra de las leyes impuestas y naturalizadas por los hombres.
Amar, llorar, besar, abrazar, gritar, decir, SENTIR es lo que todos podemos y debemos hacer sin condenarnos al yugo de la moral, ni temer al castigo de la razón. Porque ambas son construcciones de los hombres, como el género, la verdad y la historia. Por lo tanto, pueden ser deconstruidas por cualquiera de ellos.

Los invito, queridos amados y amadores, a descubrir la libertad, a descubrir el color carmín.

Nadies amados II

La pequeña muerte.

No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. "Pequeña muerte", llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.

E. G. El libro de los abrazos.

doblete de amor galeanesco, para los nadies amados

El diagnóstico y la terapéutica

El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los enfermos, cualquiera nos reconoce.Hondas ojeras delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por las ausencias de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces.
El amor se puede provocar, dejando caer un puñado de polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir. No lo impide el agua bendita, ni lo impide el polvo de hostia; tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al Verbo divino y al conjuro de las brujas. No hay decreto de gobierno que pueda con él, ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas pregonen, en los mercados, infalibles brebajes con garantía y todo.

Eduardo Galeano. El libro de los abrazos

Wednesday, December 3, 2008

Celebración de las bodas de la razón y el corazón

¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos? Desde que entramos en la escuela o la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón.
Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los pescadores de la costa colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir al lenguaje que dice la verdad.
Eduardo Galeano. El libro de los abrazos